A finales de febrero de este año (2018) visitamos por segunda vez México, esta vez nos tocó el centro del país, Ciudad de México, antes habíamos estado en Cancún.

A los viajeros que les gusta ir a los destinos sin necesidad de contratar una agencias de viajes, este es un lugar adecuado para hacerlo ya que tiene muchos medios de transporte para visitar las mejores atracciones, buena cantidad de hoteles y, además, en nuestro caso los mexicanos fueron muy amables en cuanto direcciones y consejos de viaje.

Llegamos al aeropuerto Benito Juárez a medio día, nos desplazamos en Uber al hotel donde nos hospedamos, ya que el precio es asequible. Les recomiendo utilizar el WiFi del aeropuerto o comprar un chip desde Costa Rica con acceso a la red de  México para que  siempre estén conectados.

Si no utilizan Uber, el metro también conecta el aeropuerto con el centro de la ciudad, la tarifa es de $0.50 por boleto.

En el primer día del viaje, visitamos El Ángel de la Independencia como primera actividad, ya que el hotel quedaba a unas cuadras de él.

Este monumento fue construido por el presidente Porfirio Díaz, en 1910 para celebrar el Centenario de la independencia de ese país.

Queda sobre el Paseo de la Reforma, la avenida más importante de la ciudad, en una especie de rotonda.

Ojo, para cruzar de la acera al monumento tienen que tener mucho cuidado, ya que no hay un paso peatonal y cuando fuimos no había policías de tránsito para regular el paso.

El Ángel tiene un gran significado  para los mexicanos ya que ahí se encuentran sepultados los restos de algunos de los héroes de la guerra de independencia.

Es el punto de encuentro de celebraciones como el Año Nuevo, victorias de equipos de fútbol o actividades culturales.

El segundo lugar que fuimos fue al Palacio de Bellas Artes. De El Ángel de la Independencia al Palacio hay 3 km, por lo que optamos por subir a un bus que pasa por el Paseo de la Reforma y nos dejó al frente del lugar.

El Palacio de Bellas Artes es espectacular por dentro y por fuera, por lo que aprovechen bastante para tomar fotografías, ya que es uno de los lugares más icónicos de Ciudad de México.

En abril de este año, esta hermoso edificio cumplió 100 años de construido y alberga numerosas obras de artistas mexicanos permanentemente y exhibiciones temporales.

La entrada al Palacio es gratuita y dentro de él se encuentra, la Sala Principal, el Museo Nacional de la Arquitectura, el Museo de Bellas Artes, el Teatro de Bellas Artes, la Sinfónica de Bellas Artes y la Compañía Nacional de Danza.

Para entrar al Museo de Bellas Artes el costo de la entrada es de unos $3 y alberga los famosos murales de uno de los artistas mexicanos más conocidos, Diego Rivera.

Nosotros no ingresamos, pero es una buena recomendación en caso de que tengan mucho tiempo.

Nuestra tercera parada fue el Museo de Cera, se encuentra en Colonia Juárez, de Bellas Artes, para llegar a este museo tomamos Uber, ya que sí está un poco largo y no sabíamos con exactitud donde quedaba. E insistimos, el precio de este transporte es bastante accesible.

El museo cuenta con una colección de más de 230 figuras de actores y actrices tanto mexicanos como de Hollywood, cantantes, políticos y figuras deportivas.

La tarifa es de unos $10 y el recorrido dura como una hora y media. Nosotros hicimos un recorrido combinado entre el Museo de Cera y el de Ripley’s que nos costó unos $15. Vale la pena conocer ambos.

Luego de terminar los dos recorridos, caminamos hacia nuestro hotel ya que estaba cerca del Museo.