Conocer Liverpool es sin duda una obligación para cualquier fanático de Los Beatles. Esa ciudad portuaria esconde muchísimos lugares que cuentan la historia del grupo más popular de todos los tiempos.

El sitio donde Paul McCartney y John Lennon se conocieron es sin duda uno de los más emotivos en los recorridos por esa ciudad.

Se trata de la iglesia de St. Peter de Woolton, un pueblo ubicado al sur de Liverpool. Específicamente se trata de uno de los salones de la iglesia.

La mejor forma de llegar al lugar es en auto, se tarda unos 20 minutos. Otra opción es irse en bus, tomando The Cavern, en Mathew St como punto de partida, de ahí caminan a School Lane (parada HB) y toman el autobús 86A.

La mayoría de excursiones visitan el lugar, sería bueno confirmar antes de contratar el tour ya que es una visita que no se puede dejar de hacer.

En sí la iglesia no es el centro de la visita, cruzando la calle hay un gran salón que fue el lugar donde ambos músicos fueron presentados. Si topan con suerte podría estar abierto y conocerlo por dentro, ya que el inmueble sigue en funcionamiento.

Pero normalmente la visita es conocer el lugar por fuera y sacarse la foto frente a la placa que recuerda el acontecimiento.

La visita vale muchísimo la pena, especialmente para los aficionados de los Beatles. La magia se siente en ese lugar, por eso es muy acertada la frase de John Lennon que se lee en la placa.

«Ese fue el día, el día que conocí a Paul, cuando todo empezó», aseguró Lennon tal y como se puede leer en una placa.

Pero, ¿cómo fue el encuentro de estos dos famosos personajes?

Aquel día, Lennon, quien era un muchacho de 16 años, se presentaba junto a su banda, «The Quarrymen», en una actividad en los patios de la iglesia St. Peter de Woolton, un pueblo ubicado al sur de la ciudad de Liverpool.

«The Quarrymen» interpretaba temas clásicos del rock and roll y el skiffle, una mezcla de música folk y blus. Lennon era el vocalista y líder del grupo.

Paul McCartney, de 15 años, estaba entre los espectadores de aquel evento y quedó impresionado con el talento de Lennon, quien pese a no saberse la letra de las canciones ni los acordes se la jugaba para mantener el show.

«Al fondo había una especie de pequeño escenario en la cual tocaban unos muchachos. Me fije particularmente en uno de ellos con una camisa escocesa a cuadros, pelo rizado rubio y patillas que tenía muy buena pinta. Estaba tocando una guitarra no muy buena, de esas garantizadas para no quebrarse. Aún así lo hacía bastante bien, recuerdo que me dejó impresionado», así recuerda Macca aquel día.

Ivan Vaughan era otro de los espectadores y, además, era amigo de McCartney y Lennon. Es un nombre que resulta desconocido para la mayoría, pero es vital en esta historia ya que fue quien los presentó, o sea, él fue una pieza clave para que nacieran los Beatles.

El encuentro se dio tras el espectáculo en uno de los salones de la iglesia. En medio de una improvisada conversación, Paul sacó su guitarra y se mandó algunos clásicos de la época, John quedó encantado con lo que veía.

Otra cosa que impresionó a Lennon fue que McCartney sabía afinar la guitarra.

A las pocas semanas Paul sería uno más de los Quarrymen y meses después otro joven guitarrista llamado George Harrison se integraría a la banda.

El resto es historia bien conocida gracias a una música que, aún hoy en día, genera pasiones.