El transporte aéreo costarricense está enfrentando un nuevo reto natural: la ceniza. Precisamente, la constante actividad del Volcán Turrialba obligó al cierre de las operaciones aéreas del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría.
Para Vivian Chacón, abogada de la firma BLP y experta en Derecho Aeronáutico, muchos consideran que la ceniza no altera la visibilidad de los pilotos y que no hay mayor riesgo adicional; sin embargo, lo cierto es que la ceniza volcánica contiene silicato de sodio y otros materiales naturales que se derriten a temperaturas de aproximadamente 700ºC.
“Considerando que un motor de avión opera sobre los 1000ºC; al ingresar la ceniza en el motor, ésta se derrite y posteriormente el material puede llegar a las turbinas donde se enfría. Esto genera la solidificación y alto riesgo de daños en las turbinas”, explicó Chacón.
La experta señaló que las aeronaves pueden presentar otros riesgos adicionales como la disminución o pérdida total del empuje, fallas en los sistemas eléctricos y neumáticos.
La ceniza, igualmente, puede llegar a generar la obstrucción de los sensores y esto genera indicaciones de velocidad aerodinámicas poco fiables y advertencias erróneas.
Respecto a consideraciones que deben cumplir los aeropuertos, Chacón explicó que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) elaboró una guía para el enfoque de gestión de riesgos de seguridad operacional relativos a cenizas volcánicas. En este documento se incluye la información brindada por los centros de avisos de cenizas volcánicas (VAAC). Por lo tanto, con esta guía se procede a delimitar el marco de la vigilancia de los volcanes en las aerovías internacionales de la OACI.
“Costa Rica tiene medidas de seguridad implementadas y opciones de aeropuertos alternos. Adicionalmente, el Aeropuerto de Liberia conjuntamente con la Dirección General de Aviación Civil, están coordinando un plan de contingencia para operar las 24 horas, en caso de cierre prolongado del Aeropuerto Juan Santamaría por erupción del volcán”, manifestó Chacón.
Para la experta en Derecho aeronáutico, las aerolíneas deben trabajar en conjunto con las autoridades para determinar el período más corto para ingresar en la zona que está contaminada y para sobrevolarla; al igual que consideraciones relativas al descenso de emergencia.
Tomado de: Imagen y Comunicación Creativa
Fotos: Aeris